Tras el alboroto desatado hace unas semanas por el lanzamiento de Google Penguin (Pingüino, si se prefiere), la nueva batería de cambios en el algoritmo de Google, ahora, pasada la tormenta de conjeturas nos encontramos en disposición de analizar más detenidamente algunos aspectos técnicos a tener en cuenta a la hora de optimizar nuestra web.
En definitiva, como ya comentamos en publicaciones anteriores, Google pretende mejorar la experiencia del usuario a la hora de realizar búsquedas, proporcionando resultados relevantes y pertinentes que enlacen a contenido web de calidad, limpio, original y fresco.
Los cambios principales del algoritmo de búsqueda que influyen el SEO se pueden resumir en los siguientes:
– Incremento del número de búsquedas relacionadas así como la calidad de las mismas. Estas búsquedas tendrán en cuenta tendencias actuales, número de consultas y relevancia. Y lo que es igualmente importante, influirá el historial del propio usuario y las búsquedas sucesivas. (si buscas “furgoneta”, “furgón” y “coche”, detectará que estás buscando algo en relación con “transporte”)
– Disminución de la duplicidad de los sitelinks (en los resultados de búsqueda, enlaces directos a secciones de una web) y mejoría de la relevancia de éstos, mostrando una arquitectura del sitio más ordenada y orientada hacia el usuario.
– En búsquedas locales, Google proporciona unos resultados más actualizados y fiables, contemplando Url’s vinculadas a una localización y basando sus resultados en el posicionamiento web natural en función de la ubicación del usuario.
– Siguiendo la estela de Google Panda, los resultados son más sensibles a los cambios de los websites, buscando mejorar la exactitud y actualización de los mismos. En este aspecto, Google pretende detectar automáticamente los temas de moda y últimas tendencias para mostrar resultados relevantes en “ese” momento.
– En el posicionamiento SEO, una herramienta que nos puede ser útil es el comando “site”, que desde el campo de búsqueda habitual, permite restringir la búsqueda a un portal concreto o a una parte de ese site. Ej: [site: elcorteingles.es ropa]. En este sentido, el algoritmo mejora la cantidad y ordenación de los resultados obtenidos con esta ecuación.
– Un paso adelante para entender el lenguaje humano es el de mejorar la detección de sinónimos en los términos de búsqueda, aspecto que seguro se desarrollará ampliamente en los próximos meses, junto con otros avances en web semántica.
– Cambios en la evaluación de los enlaces: Se valorará la variedad de enlaces y fuentes, penalizando los círculos de referencias mutuas y los enlaces que no guarden una lógica con el contenido de la web.
– Lucha contra el Webspam: El buscador penalizará aquellos sitios web que pretendan “engañarlo” utilizando malas prácticas de Keyword stuffing, cloacking, redes de enlaces, contenido no original copiado “tal cuál” de otra fuente y contenido generado automáticamente para SEO. Por tanto, estos no cambios no influyen en las optimizaciones coherentes pensando en el usuario.
– En relación con la penalización del Webspam, en los comentarios de nuestros blogs y sitios web deberemos controlar los comentarios spammers.
– Parece ser que se valorará negativamente que una empresa tenga comprados y redirigidos más de 5 dominios con nombres directamente relacionados con la naturaleza y actividad de la empresa.
– Como ya vimos en el anterior post de Buenas prácticas de SEO, debemos distribuir las palabras clave a lo largo de toda la web, no abusar de una palabra clave ni de las negritas y subrayados dentro de un texto. Recordemos que las páginas web las leen personas, no máquinas, por lo que cada sección contendrá keywords relacionadas con esa temática.
– Por último, es altamente recomendable mantener “vivos” los blogs asociados a nuestra web. Éstos deben cumplir una función informativa, no sólo han de ser un mero espacio donde enlazar al dominio principal.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, es necesario seguir haciendo un trabajo de optimización coherente y de calidad, pensando en el usuario final y en sus necesidades, conociendo y comprendiendo los cambios que ofrece el algoritmo de Google, entendido como un organismo vivo que evoluciona constantemente hacia unas búsquedas y resultados cada vez más “humanos”.