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De terceros
Usabilidad y Diseño

El usuario quiere experiencias gratificantes en tu página web

Con las últimas actualizaciones y rumores sobre las tendencias del SEO, y sobre lo que se valorará más en el futuro, parece clara una cosa, y es que el usuario vuelve a situarse en el centro de la escena… si es que en algún momento la abandonó.

Las especulaciones e ideas variopintas acerca de qué contenidos serían mejor indexados y valorados por los robots, de qué forma olvidarnos del punto de vista del visitante para conseguir que los motores de búsqueda situara nuestra página web lo más  arriba posible en los ránkings, nos olvidábamos de lo más  importante. ¿Qué ocurriría cuando una vez bien posicionados los usuarios accedieran a nuestra página? ¿Iban a tomar sus “represalias” por habernos olvidado de ellos? Pues seguramente…

De qué sirve una buena aparición en los “escaparates” que suponen Google y otros buscadores, si no conseguimos atraer, seducir, sorprender, emocionar y convencer al consumidor final.

En efecto, hemos de conseguir todo eso además de captar la visita de los cibernautas, quienes  buscan no sólo información sobre nuestra empresa y producto (aunque en ocasiones también). Quieren conocernos más a fondo, quieren saber qué pensamos, que les podemos ofrecer, cómo vemos el mundo, por qué escogernos a nosotros en lugar de a la  competencia es una buena idea… Y todo ello de la forma amena e inteligente que ellos se merecen.

Lo que supone apostar por valores como la calidad, la originalidad, la innovación, la diferenciación frente a nuestro sector y la competencia, y claro está, por la usabilidad y la practicidad.

¿Cómo conseguirlo? Es algo complicado, lógicamente, pero no imposible. Algunas recetas:

– Contar con un entramado de secciones perfectamente ordenado, en el que presentar qué podemos ofrecerle al usuario, y hacerlo de forma ágil y dinámica (“masticable”).

– Apostar por contenido relevante y atractivo. Vídeos, imágenes impactantes, textos interesantes y actualizados, que tengan que ver con la realidad de los usuarios. Implicarles desde el primer momento, llevárnoslo a “nuestro terreno” de forma sincera, sutil y totalmente voluntaria.

– Aportar valor añadido a lo que hacemos y a lo que decimos… y credibilidad, un factor en tener en cuenta. Todo ello bajo la receta de la diferenciación respecto a lo que puedan decir u ofrecer los demás.

– Investigación constante, actualización constante. Hemos de saber qué busca, qué quiere el usuario para poder ponérselo en bandeja antes que nadie… o al menos hacerlo de una forma que nadie más haya pensado.

– Imagen de marca y filosofía de prestigio. Cuando un usuario elige un producto o servicio entre varias empresas suele hacerlo por pequeños detalles, opiniones influyentes y experiencias personales. Nuestra reputación como empresa  y ente social en ese sentido es crucial, decisiva.