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Breve historia del SEO

Antes de que los motores de búsqueda aparecieran en nuestras vidas y percibiéramos como algo natural el usar el móvil para decidir a qué restaurante ir a cenar o qué película ver en el cine, preguntábamos a nuestros amigos, revisábamos la cartelera en el periódico o dábamos un paseo para decidir en qué sitio cenábamos finalmente.

Con la llegada de internet al usuario final, las webs de los negocios empezaban a aparecer y aparecían portales que ofrecían a las empresas compartir sus webs allí para que el usuario final las pudiese encontrar.

Pero todo va más allá y cada vez eran más negocios y más usuarios, por lo que empiezan a aparecer los primeros buscadores, su objetivo estaba claro; ayudar al usuario a encontrar la información que estaba buscando, de la manera más rápida y eficaz posible.

Es en el año 1994 cuando podemos situar el nacimiento del SEO, con la aparición de WebCrawler, el primer bot dirigido a indexar el contenido web.

Ese mismo año nace Lycos también, el primer motor de búsqueda de la historia que utilizaba el sistema de rastreo de páginas. El funcionamiento de buscador es el siguiente: a través de bots indexa las diferentes webs que va rastreando, después con su algoritmo rankea esos resultados y los muestra al usuario.

Así que lo que ocurre cuando un usuario realiza una consulta es que el buscador relaciona las palabras clave con el contenido de la web y organiza los resultados según la relevancia que tengan en esta consulta en concreto.

Durante los primeros años del SEO los algoritmos tenían muy en cuenta si las palabras clave que habían activado la consulta coincidían con los metadatos de una web y si éstas aparecían en la web. Esto nos llevaba a mostrar a menudo resultados que no ofrecían esa experiencia que perseguían los buscadores.

No podemos olvidar el principal objetivo de un buscador: ofrecer al internauta la información que mejor se adapta a la búsqueda que ha realizado. Y si un buscador ha trabajado y orientado sus cambios a ello es Google.

Google, el gran cambio en la historia de los buscadores

Google nace en 1997 gracias a Larry Page y Sergey Brin, su algoritmo destaca sobre el resto de buscadores y una de las primeras métricas que utilizaba; el Page Rank era prueba de ello. Los principales indicadores del Page Rank eran:

  • Número de visitas.
  • Número de repeticiones de palabras clave que los usuarios buscaban en los contenidos de la web.
  • Backlinks, es decir, los links de páginas externas que la referencian.

Todo esto tiene lógica, ¿no crees? Si la página contiene las palabras que he utilizado en mi búsqueda, contendrá la información que estoy buscando; y si además muchos usuarios la visitan y además la recomiendan otras webs, el contenido será de calidad.

Es por ello que Google se hizo muy popular entre los internautas.

Los negocios comenzaron a percibir a los internautas como potenciales clientes y creció su interés por mejorar su posición dentro de los buscadores, es decir, aparecer en las primeras páginas al realizar una búsqueda.

El nacimiento del SEO

Fue entonces, a principios de los 2000, cuando nació el SEO como hoy lo conocemos: como el aprovechamiento del algoritmo con fines comerciales.

Comenzaron a extenderse entonces una serie de prácticas como el uso excesivo de palabras clave, la copia de contenido de otras webs y el tráfico de backlinks, que consistía en mencionar por todo tipo de páginas web, foros y directorios de baja calidad la URL que se quería posicionar.

Con esta serie de prácticas, lo que conseguía era que, al final, el usuario no encontraba en el buscador aquello que estaba buscando y no premiaba a quienes generaban contenidos interesantes sino a quienes aplicaban técnicas SEO de forma más efectiva.

Google tomó la iniciativa empezó a realizar una serie de actualizaciones constantes del algoritmo, con el fin de generar el resultado perfecto. Pero a su vez generó un campo de juego en el que las agencias y profesionales jugaban para lograr una buena posición en su ranking.

Las primeras mejoras en experiencia de usuario

En 2008 empieza un primer cambio para ayudar al usuario a conseguir mejor su objetivo, la pestaña de sugerencias de palabras clave a la consulta que habías realizado es una de las primeras muestras del buscador por conseguir una experiencia de usuario inigualable. Y en 2010 empiezan una serie de actualizaciones en su algoritmo que llevan a Google a ser el buscador por excelencia.

En especial hay dos actualizaciones que nos ayudan a comprender su evolución y su papel a día de hoy sin perder nunca su objetivo; ofrecer información rápida, personal y de interés para el internauta.

La llegada de Panda

La gran primera actualización tiene nombre de animal, Panda, con él vienen grandes cambios en lo que se refiere al trabajo SEO realizado en la propia página, también conocido como SEO-On Page.

Panda empieza a eliminar de las primeras posiciones aquellas webs que cuentan con contenido duplicado, poco relevante o que abusa de las palabras clave, sin utilizar sinónimos y sin trabajar la escritura. Además se empieza a tener en cuenta factores como la velocidad de carga, el optimizado de imágenes, los menús de categorías de la web, etc.

Este punto de inflexión hace cambiar las estrategias realizadas hasta el momento, y las marcas debían empezar a ganarse los resultados orgánicos con mayor contenido de calidad y ofreciendo una buena experiencia al usuario.

Penguin, el otro gran cambio

Al poco tiempo llega Penguin, en el que se empieza a valorar la presencia de la web en internet siempre y cuando sea en sitios relacionados y de calidad. Con este cambio se finalizan el tipo de estrategias llevadas hasta el momento. Por ello a día de hoy los trabajos de posicionamiento SEO tienen muy en cuenta estas actualizaciones ya que desde hace tiempo han dejado de actualizarse para ser parte del propio algoritmo de Google.

Tras estas actualizaciones han venido más, podéis conocerlas en nuestro post Actualizaciones del algoritmo. Google sigue siendo el buscador más usado gracias a su algoritmo con el que intenta ofrecer resultados relevantes y personalizados para el usuario.

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